
Sigo escuchando acentos. Ecos de palabras entonadas diferente. Sonrío y me dan paz. Colombia, Puerto Rico, Perú, Argentina, El Salvador, Nicaragua y Camerún. Pasaron varias pláticas para que yo entendiera que vereda es una demarcación política y no por donde he de pisar para caminar de un lugar a otro.
En Colombia hay 68 lenguas.
En la siembra regenerativa, nos dijeron, se colocan diferentes especies pues entre ellas hay cooperación y se ayudan mutuamente para vivir.
Los monocultivos rápidamente terminan los nutrientes de la tierra, y están propensos a plagas.
El mono lenguaje. Los nombres de las plantas pronto eran traducidas al mexicano, colombiano, peruano y a pesar de los nombres en diferentes lenguas algunos nos quedamos sin saber qué planta era, solo la mirábamos con ganas de conocerla, abrazarla y descubrir entre sus hojas su nombre.
En la red de investigación en tiempo libre me preguntaron por lo que me gusta.
En Colombia comen yuca, ¿me podrá gustar? Martina gritó, — ¡No!, ¡No! — ¡Tómate la medicina! — Le decía su mamá. Hay luchas que son para vivir.
¿Me puede gustar algo que no conozco? ¿Algo que nunca he visto? ¿Lo que está lejos? Se vale degustar.
Lo que quiero, lo que me gusta, genera el movimiento de mis Alas. [anv]
pero no de frío sino de emoción y una suave calidez,
de encontrarme con mi niña interior,
pero más grande, más libre, a lado de todos ellos,
corazones dulces, divertidos y diversos,
más grandes, sacando a relucir sus niños interiores,
ya eclipsados por jóvenes.

de jugar, correr, saltar
y estar en compañia,
corremos hacía una pequeña casita en medio del bosque,
y una vez ahí, compartimos una mirada cómplice,
para reírnos de nuevo,
y así de simple sabemos que estamos ahí,
y aunque nos vayamos
ese recuerdo
se va a quedar con ellos y conmigo. [lci]

pero si tuviera que elegir algo,
me gustó el poder compartir con otras personas
mis vivencias y cultura,
pero,
sobre todo,
que a pesar de que algunos no vivían lo mismo,

Antes de llegar hubo diálogo, acuerdos y desacuerdos, pasos, miradas, escucha, compromiso, acciones…
muchas acciones cómplices como la elaboración y venta de lonches, limpieza de casas ajenas, contención de antojos que merman ahorros, argumentación ante padres dudosos; lectura de mapas y reuniones para preguntarnos de muchas formas qué es “Latinoamérica”…
Y ¿a qué nos invitó el Encuentro Nuestra América?, ¿cuáles eran nuestros motivos para ir y sus motivos para decirnos: “vengan”?


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