Planeación y gestión del proyecto de la preparatoria de Alas.
Proyecto ciclo 23-24
https://alascomunidad.org/preguntas.html#t1
Una comunidad de aprendizaje donde todos los involucrados, sean estudiantes, sus familias, o los facilitadores (Que algunos llaman maestro) somos aprendices y a la par compartimos saberes. Funcionamos en Asambleas, comisiones de trabajo y talleres en la búsqueda de ser co – creadores de un proceso alternativo a la educación vigente.
Mientras contribuimos a crear condiciones para el aprendizaje, sea intercambiando perspectivas y conocimientos, preguntándonos por la realidad, involucrándonos en construir el espacio y la oportunidad de aprendizaje, o yendo al encuentro de otras comunidades o visiones del mundo vamos practicando formas alternativas de relacionarnos entre nosotros, con nuestro entorno y con el conocimiento.
Alas es un proyecto educativo centrado en el aprendiz y en el aprendizaje, lo cual exige experiencias de enseñanza – aprendizaje que partan de las cualidades heredadas de cada uno, sus experiencias y saberes previos, sus perspectivas, circunstancias, intereses, capacidades y necesidades particulares, experiencias que deberán facilitarse en un clima de aceptación, seguridad y respeto.
Nos inspira una relación social y por consiguiente pedagógica de índole intersubjetiva , por lo cual entendemos que la comunidad toda tenga las mismas oportunidades de decir su palabra, de definir el rumbo y de hacerse cargo del proceso. Si bien, se espera que el facilitador tengo conocimiento de cómo funciona el aprendizaje y de las prácticas y enseñanzas que lo puedan promover, su experticia no lo coloca por encima de otros saberes experienciales o teóricos del resto de la comunidad, por lo cual las decisiones y responsabilidades recaen en la comunidad toda, al igual que la planeación y ejecución de los procesos de aprendizaje.
Mientras el facilitador esta obligado a ofrecer los materiales que resulten significativos, las situaciones problemáticas relacionadas con las dificultades para enfrentar la vida (estos insumos, al igual que la experticia del facilitador, deberán estar accesible, más no ser impuestos), a su vez le corresponde indagar sobre la potencialidad y necesidad de los aprendices, a comprenderles y comprender sus percepciones y sentimientos; su mundo de vida; a ofrecerles retos para que se hagan responsables de su proceso de forma autónoma y autodirigida y tengan que echar mano de su creatividad e inventiva.
Los aprendices por su parte son libres de elegir, sus ritmos, contenidos y formas de aprendizaje, mientras se hacen cargo de sus decisiones y de las consecuencias de las mismas, pues no se concibe la libertad sin responsabilidad ante sí, los otros y el entorno. Partimos de la convicción de que todos tenemos necesidad de ser libres y de accionar de manera responsable sobre nosotros y sobre el mundo, sin olvidar que elegimos dentro de nuestras circunstancias y los condicionamientos culturales y materiales que nos habilitan o inhabilitan para ejercer nuestra libertad. consideramos que tenemos una tendencia natural a crecer, desarrollarnos y trascender y una curiosidad natural por aprender el mundo; todo lo cual suele manifestarse cuando el proceso de aprendizaje se da en un ambiente positivo, cómodo, de orden y seguridad, cuando nos sentimos validados, respaldados, escuchados, acompañados; cuando tenemos sentimientos de eficacia ante tareas y retos.
Entendemos que cada aprendiz es único y que se le debe considerar en su singularidad, con sus emociones, ritmos, estilo de aprendizaje, fase de desarrollo, aptitudes, dotes, atributos y necesidades académicas y no académicas.
Confiamos en que el ser humano cuando se encuentra en un ambiente de aceptación y respeto, tiende al desarrollo potencial y pleno de su identidad y vocación, que va en busca de su realización de su potencialidad evolutivo y creativo, de su trascendencia. Que en una relación social y pedagógica caracterizada por la comprensión empática, el aprendiz se acepta tal cual es, mientras se empeña en ser mejor, que tiende a ser cada vez más fiel y parecido a sí mismo, sin caretas ni defensas que le impidan una comunicación auténtica y genuina con los otros.
De todo ello el facilitador debe ser modelo, debe conocerse y aceptarse, comprender lo que experimenta en relación con los estudiantes, validar sus sentimientos y acciones mismos que deberán ser congruentes, deberá ser lo que es, no un rol o una simulación para que se le perciba digno de confianza, de tal forma que el aprendiz baje sus defensas, pues sabe a qué atenerse ante quien le acompaña en su aprendizaje y pueda a su vez mostrarse tal cual es y aceptarse. El facilitador deberá ofrecer un respeto positivo e incondicional, un interés cálido al aprendiz, pero libre de control y posesividad. Deberá logra una comprensión empática del mundo del aprendiz tal como él lo ve, sentir lo que siente, sin confundirse con sus propios sentimientos. Solo así podrá comunicar al estudiante lo que ya sabe y ayudarle a ver lo que ignora (Rogers 2012). Solo así, el aprendiz podría experimentar la coherencia, aceptación y empatía del facilitador y darse la oportunidad de hacer lo propio.
Entendemos el aprendizaje como un proceso constructivo de interacción con el entorno que da lugar a la reformulación en las representaciones mentales en el aprendiz, que deriva en un cambio en sus conductas. Para que sea posible es condición que el aprendiz enfrente situaciones problemáticas que le reten y guarden relación con las demandas de su contexto social y los propias de su vida cotidiana. Es imprescindible una implicación personal, voluntaria y vivencial del aprendiz, que sea participe de descubrir y construir el conocimiento a partir del acervo de conocimientos y experiencia propios y de la herencia cultural de la humanidad y la ciencia.
Buscamos una formación integral, “Cuerpos conscientes, con mentes afectivamente sanas, intelectos profundos y espiritualmente vivos” por ello nuestra convicción de educar en libertad, responsabilidad y autonomía. Nuestro mundo agónico demanda favorecer un nivel de consciencia que nos inspire un compromiso, el ser partícipes de cuidar de nuestro planeta y de todos sus seres vivos. Aprender en comundiad , requiere entereza intelectual: poner en duda, examinar incluso nuestras certezas y creencias, reconocer como pienso y piensa el otro y la manera de proceder al pensar, tener metacognición de mi proceso cognitivo. Aprender en comunidad, también requiere entereza moral para respetarse y ser sincero consigo y con los otros y firmeza de ánimo para resistir las dificultades de la vida.
Para que el aprendiz aprenda a aprender, desarrolle su autonomía, descubra su vocación y vaya en busca de su sentido de vida, en armonía con sus cualidades y dotes únicas e irrepetibles; se le debe dejar en libertad de dirigir y controlar su aprendizaje, desafiarle a conseguir metas, participar de actividades interesantes, útiles, auténticas, acercarle materiales estructurados lógicamente y en función de sus conocimientos previos y estilo de aprendizaje personal, ambos deberán atender preferencias, intereses, competencias de cada uno. El trabajo tendrá momentos individuales y colaborativos, de enseñanza y de aprendizaje.
Grandes bloques de contenidos deberán ser abordados desde proyectos y resolución de problemas, esos grandes bloques serían:
Trabajar sobre proyectos permitirá abordar las temáticas en su complejidad, no como entidades reductibles.
Desde proyectos de su interés (como hacer cortometrajes), se dará lugar a la integración de asignaturas reforzando la visión interdisciplinar del conocimiento y la organización del mismo en torno a un fin común. Así se combinaría el aprendizaje de contenidos con el desarrollo de destrezas y a la par se desarrollaría habilidades sociales como
Esta dinámica obliga al estudiante a ser protagonista de su aprendizaje al autogestionar la solución de los problemas que va enfrentando en el trayecto, lo que a su vez contribuye al desarrollo de su autonomía y responsabilidad; fomenta la creatividad e inventiva; la capacidad de crítica y autocrítica, la toma de decisiones y la facilidad de expresión en distintos códigos. Brinda además la oportunidad de interacción con el contexto y de abordar problemáticas sociales, fortaleciendo valores y compromisos sociales.
Consideramos que la enseñanza es un esfuerzo sobre el que se han construido muchos tabús, un bachiller enfrentará más temprano que tarde la cátedra y ante ello deberá ser capaz de sacarle provecho. Por tal motivo También se trabajará sobre problemas diseñados por el facilitador considerando los estadios de desarrollo cognitivo de los aprendices y ofreciendo retos fuera de su alcance, pero que pueden ser salvados con el apoyo de los materiales a mano, de la investigación personal, de pares más aventajados, o de la asesoría del facilitador. Implicarán momentos de práctica para desarrollar a partir de ella el pensamiento abstracto y luego volver a la práctica en un espiral dialéctico; dando lugar a una actividad creadora y transformadora, de los propios conocimientos y de sí mismos. Los problemas diseñados por el facilitador deberán ser… un recurso a través del cual un sujeto de forma activa y en relación con sus pares, facilitadores, materiales proporcionados o lo investigado; hace suyos conocimientos, técnicas, actitudes, destrezas y valores. Así, mientras se apropia de la herencia cultural y científica , a la par la re–construye, enriquece, transforma.
Estas oportunidades de aprendizaje anticipadas por el facilitador deberán asegurar
Deberán ser inspiradas por las problemáticas de la vida cotidiana del aprendiz y de las que enfrenta su comunidad y su contexto socio–histórico–cultural. Incluir espacios para la reformulación individual y colectiva y dar oportunidad motivos e intenciones vocacionales en la personalidad de los aprendices. Deberá además intencionar el ejercicio de tal forma que implique una carga motivacional y afectiva favorable a alcanzar los logros educacionales y estándares acordados.
Tanto en los proyectos como en las actividades dirigidas por el facilitador, éste último propiciará la comunicación entre pares y con el docente, asegurará que los aprendices sean emisores y receptores de la comunicación, propiciará el diálogo en busca de la resolución de problemas a partir de la confrontación de puntos de vista o paradigmas, explicitará responsabilidades individuales y colectivas, orientando las actividades a ejecutar, las tareas concretas necesarias y proporcionando algunos de los recursos requeridos. Dará lugar a la evaluación colectiva de resultados destacando dificultades y éxitos individuales y colectivos.
Convencidos de que en ALAS todos somos aprendices, nos dimos una estructura asamblearia, con comisiones de trabajo múltiples (integradas por estudiantes, padres, y facilitadores) y comisiones temporales y rotativas que rinden cuentas de su trabajo a las asambleas. La reflexión individual y colectiva de nuestra colaboración y de nuestros procesos se encuentran entre las mejores lecciones: aprehender a ser razonable, hábil para convencer a los demás de mis razones y hábil para dejarme convencer con las razones fundamentadas de los otros; aprehender a favorecer y construir consensos; a reconocer la diversidad como constitutiva del propio desarrollo; e interesarnos por lo que nos contradice, por señalar algunos; son aprendizajes que dan lugar a habilidades para la vida personal y la reconstrucción del tejido social ahora rasgado.
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